Escrito por Fernando Buitrago
Iglesias y Política, han ido siempre de la mano.
Los representantes de las religiones siempre han estado al lado del poder. Son famosos los eunucos en los imperios Chinos, los chamanes, llamados según la cultura de cada parte del mundo en todas las épocas, hasta el conocido poder de la Iglesia Católica que dominó guerras, países, puso y quitó gobiernos y siempre estuvo al lado de quien estuviera en las sillas presidenciales hasta los nuevos mandantes de las nuevas Iglesias Evangélicas que ponen hoy gobiernos y hasta provocan golpes de estado en Latinoamérica.
Los representantes del Más Allá siempre han tenido poder y posesiones, siempre.
Dime donde naciste y te diré que idioma hablas, cuál será tu creencia y tu lider espiritual.
Son famosos los pasajes históricos donde los representantes de los poderes religiosos han jugado un inmenso papel protagónico.
República Dominicana no ha estado exenta de ese fenómeno que va de la mano de la misma naturaleza humana, se es dueño de los seres humanos desde varias aristas, uno por sus posesiones, otros de sus almas y van, como los libros, conformando al ciudadano junto al lenguaje, costumbres, su religión.
No siempre los representantes religiosos actúan por la salvación de las almas pues, como seres humanos al fin, pecan, al usar el poder que poseen en la sociedad mediante el control social de sus seguidores para conseguir propósitos que a veces van de la mano de la necesidad del pueblo pero otras veces, de sus necesidades propias e incluso, muchas veces, de sus propias apetencias políticas.
Desde la religión se manda, se aplica fuerza, se presiona y a veces, se podrían usar palabras más fuertes en crítica a los métodos, no muy mansos, de la presión a que someten legisladores, alcaldes y hasta presidentes.
Un pueblo religioso deja la suela por su líder espiritual y se escandaliza cuando ve que estos líderes salen en los diarios con actuaciones indignas, impropia de su liderazgo... y eso es lo que sale a la luz. Estos casos terminan empañando la buena obra que por los suyos hacen los que de verdad, de corazón, usan los pódium para querer atormentar los poderes ejecutivos y legislativos de los hombres con el fin de lograr objetivos particulares... hasta creen, quieren y consiguen, usando el poder religioso, convertirse ellos mismos de gobernantes terrenales.
Son humanos, y como mismo la mayoría poseen todo el prestigio y el corazón limpio para lograr ser interlocutores válidos, otros van por la vida Con Pecados Concebidos.