Los restos del novelista portugués José Saramago llegaron a su país natal el sábado para un funeral que se realizará en el centro de Lisboa.
Los restos de Saramago viajaron desde la casa del escritor en la isla española de Lanzarote en un avión C130 de la fuerza aérea portuguesa. En su último viaje a Portugal lo acompañaron su viuda y su hijo, el ministro de Cultura portugués, varios de sus amigos y parientes así como su biógrafo .
Saramago, de 87 años, ganó el premio Nobel en 1998 y su trabajo es reconocido internacionalmente por la claridad de sus ideas a pesar de tener un estilo sintáctico complicado en su prosa. Murió el viernes en su casa en Lanzarote tras sufrir una enfermedad por un periodo largo.
El gobierno portugués declaró dos días de luto nacional. El ataúd de Saramago será colocado en el salón principal del ayuntamiento de Lisboa, informó la fundación José Saramago.
Una delegación española encabezada por la vicepresidenta de Gobierno María Teresa Fernández de la Vega planeaba asistir al homenaje póstumo del domingo, informó la agencia noticiosa estatal Lusa.
El presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero fue de los primeros en expresar sus condolencias.
``Los españoles lloramos hoy a Saramago como a uno de los nuestros, porque siempre lo hemos sentido a nuestro lado, enriqueciéndonos con su mirada compasiva y lúcida'', dijo Rodríguez Zapatero.
El mandatario español destacó la universalidad de la obra de Saramago, a quien llamó ``escritor de lengua y alma hermanas, cuya palabra ha atravesado el mundo gracias a su imaginación y su conciencia crítica, que le ha convertido muy a menudo en la voz de los más débiles.''
La fundación dijo que el cadáver de Saramago será cremado en el cementerio Alto de Sao Joao al mediodía del domingo tras lo cual sus cenizas serán divididas.
La mitad será llevada a su pueblo natal de Azinhaga y el resto será enterrado al pie de un olivo en el jardín de su casa en Lanzarote, donde pasó los últimos 17 años de su vida.
Saramago se mudó a las Islas Canarias después de un pleito con el gobierno portugués en 1992 al que acusaba de censura por su reacción tras la publicación de su novela ``El evangelio según Jesucristo''.
A pesar de esto su Nobel de 1998 fue aclamado en su país tras décadas en las que el galardón eludió a los escritores de la lengua portuguesa, que hablan unos 170 millones de personas en el mundo.
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